domingo, 15 de enero de 2012

Un encuentro fugaz

Estaba Shanin, sentada sobre la pequeña hoja de un árbol esperando tranquilamente la salida del sol. Si, ese dia habia madrugado y queria ver a las hadas mayores danzar con el nacimiento del sol. Ella aún no podía participar de tal evento, sus pequeñas alas aun no se dejaban ver y solo y unicamente hadas con alas estaban permitidas rendirle tributo al sol.

Ya! ya casi! el sol esta apunto de nacer, los ojos de Shanin brillaban de emoción, su rostro se iba iluminando con cada rayo del sol.

Iba caminando levantamente sobre aquella hoja, con la mano alzada casi como queriendo tocar el sol, no se daba cuenta de sus pasos y que el fin de su camino ya estaba apunto de llegar.

Que hada para mas despistada, vamos! que alguien le avise que ya casi está por caer. Recuerden, no es muy bueno dejarse llevar por el sol, pues pueden caer, como casi, esperen!! casi... yaa -Shaniinnn!!!! vas a caer - alguien grito. Era Kitaro, el pequeño arpista, que posado sobre otra hoja a Shanin observo.

-Shanin, debes tener mas cuidado, cualquier dia de estos caeras y un gran chinchon te harás-así Kitaro hablo.

Shanin ya tranquila del susto saldando de hoja en hoja y trepando de rama en rama llego hasta donde estaba Kitaro y saludando amablemente Shanin agradeció. - Gracias Kitaro si que me salvaste de esta, pero...¿donde has estado? ya tiempo que no te veo, mis clases de arpa quedaron pendientes y en mis aventuras ya ni te apareces, vamos Kitaro! puedes tocar un poco para mi-. Y es asi, como Kitaro dejo escuchar el sonido del arpa al tocar. - Lastima que ya te tengas que ir Kitaro, quisiera escucharte una vez mas-.

Asi es, Kitaro tenia que viajar, un don asi no se podía desperdiciar, y las hadas mayores muy bien lo sabian aprovechar.

Kitaro ya hace un buen tiempo tenia la edad para viajar, cada primavera y cada despertar de una flor, él hacía su arpa sonar; y es que es así como a este mundo Kitaro la bienvenida les da.

Asi que ya saben, cada vez que ven una flor nacer, es por que Kitaro está justo ahi, sentado sobre una hoja tocando con su arpa las mas hermosas melodías que habrás podido escuchar.